Cada vez que salís en un auto, una moto, en el colectivo o en tu bicicleta, intentás evitar las horas pico o -en su defecto- las calles más transitadas, para no perder tanto tiempo hasta llegar a tu destino. Uno de esos caminos intransitables por las demoras es la rotonda del Camino del Perú y avenida Belgrano, que desde el 27 de enero, cuando comenzaron a funcionar los semáforos, se convirtió en una "boca del lobo" para los vehículos.
Sucede que, teniendo en cuenta que son cuatro semáforos en las distintas salidas, el tiempo de espera debería ser de cuatro minutos aproximadamente. Según afirmaron los conductores que transitan por la zona, la demora mínima es de siete minutos y a veces llegan hasta 10.
Esto ocurre ya que algunos de los accesos son angostos y permiten el paso de muy pocos autos por cada semáforo.
"A veces tengo que esperar tres semáforos seguidos (sin contar los de las otras salidas) para poder pasar. Es una eternidad", afirmó uno de los conductores entrevistados por LA GACETA, mientras esperaba la luz verde del semáforo.
Por su parte, el subsecretario de Urbanización de la capital, Luis Lobo Chacklián, afirmó que antes del inicio de clases el carril que va desde la avenida Belgrano al Camino del Perú -hacia el norte- será ensanchado unos cuatro metros y eso dará más aire al tránsito.
"Es lo único que le falta al proyecto para terminar. Estamos más que satisfechos con el resultado. Una vez que se agrande ese acceso, vamos a tener tres carriles y medio en el sector norte", sentenció Lobo Chaklián y agregó que en este momento circulan entre 24 y 27 autos por semáforo en los distintos carriles.